La gaceta del astillero
Empezar de nuevo el trabajo cien veces.
Pero aquí el trabajo pesa 200 kilos, y por eso vacilamos!
Y sin embargo, ¡allá vamos! Empezamos a forrar el Karrek Ven.
Un juego de equipo

El patio de recreo del equipo de la restauración.
Tres personas juegan con una tabla gruesa (la de 200 kilos), Hugo vende
sus jugos con su carrito, y bajo el barco, subimos por los andamios a
pintar. Mientras, cargamos otras tablas y fabricamos pernos.

La séptima carga de madera ha llegado.
El terreno está libre y podemos descargar el camión casi directamente
en la carpintería.

¡Alcen!
¡Presenten!
¡Coloquen!
Simple y divertido: todos pueden participar.
Empujamos y torcemos con los gatitos hidráulicos y sargentos. También
escarbamos el cemento para que los puntales no resbalen, ¡la seguridad
es primero!
Si la tabla llegara a liberarse, se fracturaría al distenderse, dañando
mandíbulas y pies. El juego consiste en controlarlo bien. Mire la buena
pintura negra en la parte lateral de las cuadernas. Es asfalto. Hablaremos
más tarde de su papel en ese lugar. Por el momento, permite la toma de
imprentas digitales de los forradores.

En las navidades pasadas, hacíamos lo contrario: quitar esa primera tabla
del forro. Como en el colegio, hay un tiempo para las canicas y otro para
la rayuela.
La tabla que hemos puesto hoy tiene el mismo tamaño que la antigua, pero
un buen centímetro más en espesor (6,5cm) ya que tuvimos que bajar el
alefriz que estaba dañado (no es necesario entender esta frase, reservada
a los especialistas).

Es ancha.
Menos mal que también es larga (7,50m)
Para darle el giro, es más fácil. Para torcer estos centímetros de puy,
hay que tener argumentos contundentes.
“No lo conseguirán”, decían las mentes negativas.
Y sin embargo lo conseguimos, sin estufa y sin quiebros.
En la popa, la tabla es vertical. En el medio, tiene un giro de 45 grados.
Colocamos la tabla y con una hoja de segueta vemos si está bien pegada
al alefriz. Con una tiza marcamos los sitios que hay que corregir. Quitamos
los gatos y las prensas con sumo cuidado... quitamos la tabla, corregimos,
volvemos a presentar y empezamos de nuevo. La operación dura desde hace
dos días y moviliza a diez personas. Presentar y colocar la tabla ya no
nos pide más de media hora, ya que tenemos el golpe de mano y los agujeros
en el cemento ya están hechos.

Algunos actores que pronto serán famosos.
Alfredo, volante izquierdo, el puesto más arriesgado si la tabla consigue
liberarse. Rafael y José, carpinteros experimentados que han venido a
ayudar a Wilson, el amo de la tabla (de amarillo en las fotos 1 y 3).
Luis Miguel, apacible forzudo del campo (vive en los bosques a las orillas
del río Manzanares que baña a Cumaná). Carlos, bajito pero tozudo. Él
es el que coloca la tabla a golpes de mandarria en una extremidad.
Comadreos de la semana
- Lunes, la prueba de que las obras largas acaban un día, el barco vecino
se ha ido, empujando un poco el nuestro (“Un poco de grasa”, gritaba seriamente
el conductor del travelift que lo llevaba). Este barco estaba aquí desde
hace 5 años.
- Martes, Godzilla nuestra mascota perruna ha entendido dos cosas: que
no habrá croquetas esta semana (ninguna donación nos ha llegado para salvar
el presupuesto de la restauración) y que no hay que hacer sus necesidades
en todas partes.
- Miércoles, Sebastián y Antoine han vuelto encantados de los paisajes
que vieron durante su viaje. Se fueron el domingo para llevar material
a galvanizar al otro lado del país. Lo malo fue que el autobús de ida
era un congelador y que la vuelta duró 14 horas, con llantas pinchadas
y demás peripecias.
- Jueves, los pintores del astillero han pintado sus pronósticos para
el referéndum del 15: echar a Chavez sí o no.

80% para Chávez no se va (titulo de una canción que está de moda en estos
momentos.) Los medios (la mayoría en manos de la oposición) piensan que
Chávez va a perder, apoyándose en sondeos.
Es difícil saberlo, pero el 15 no está lejos.
- Viernes, la tercera película de Harry Potter ha llegado a Cumaná. La
gente prefiere a Spiderman, en cartelera desde hace ya varias semanas.
No hay tele ni cine en el astillero. Es una burbuja fuera del tiempo.
La situación
Al empezar a forrar nos fijamos en varias pequeñas tareas que no acabamos
u olvidamos: antes de cerrar, hay que ver lo que se encierra.
Buena noticia, esta séptima carga de madera es la última de importancia
para el casco. Falta una carga pequeña de piezas que faltan en la carpintería
y las tablas de la cubierta.
Las nuevas clavijas galvanizadas que acaban de llegarnos van a permitir
fijar lo que no estaba fijado, en particular, la parte trasera del barco.
El tronco de la roda no ha llegado todavía. Seguimos esperando el permiso
para transportarlo...
El presupuesto sigue siendo nuestra gran preocupación.
La operación Arco Iris, después de un comienzo interesante, ya no sube
más.
Será por las vacaciones...

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