Periódico ilustrado
de la restauración

28 de mayo 2004 - n°39/40 -

 

 

La vida en el astillero sigue

La semana pasada: silencio por un problema con la computadora.
La pobrecita sufre del polvo y de la estación húmeda que ha empezado. La pantalla se puso toda negra y luego toda blanca.
Después de un intento de reparación, desenterramos un viejo monitor, demasiado grande para el espacio reducido que nos queda sobre la cubierta. Pero al menos funciona.
Si alguno de nuestros lectores sabe como reparar la pantalla o puede conseguirnos otro laptop, nos ayudaría muchísimo.

Los progresos

Este curioso animalito vino a constatar los progresos de la restauración.
Lo mantenemos a raya porque su picadura es muy dolorosa.

Los progresos son evidentes. La nueva madera que compramos hace poco está casi agotada, ya no hay cuadernas viejas y cada día las nuevas vienen a completar la osamenta del barco.

En la carpintería, se van tallando los elementos de las cuadernas.
El trabajo es delicado: la base de la sierra está inclinada para cortar directamente con el ángulo requerido (los ángulos son más fuertes en la parte delantera donde las líneas se estrechan. Se necesitan refuerzos para que el pesado tablón no se deslice.
La concentración se lee en todas las caras, desde la de Rafael, el nuevo carpintero del Karrek Ven, hasta la del Maestro Cesar que dirige las operaciones.

La caja de vapor

Utilizar la estufa ha sido el fruto de un largo trabajo de persuación: esto no se suele hacer aquí.

Sin embargo después de varios intentos fracasados para colocar sin estufar las grandes piezas de los durmientes de atrás, con una curva fuerte y barrenada, el grupo se dejó convencer, siguiendo las indicaciones del capitán (cuando se viaja, se intenta aprender lo mejor de las costumbres locales).
Una buena caja fué construida con un tubo de caucho saliendo de ella. En su otra extremidad, el tubo se metía dentro de un tonel lleno de agua. Pusimos este a calentar quemando los restos de las viejas cuadernas del Karrek Ven.
Se necesitaron dos horas para llevar el agua a ebullición, y se dejaron las piezas 6 a 7 horas al vapor. (7 centímetros de espezor).
Después, se quitaron los clavos de la puerta, se sacó la pieza con guantes y se llevó sobre un molde.
Así se forzó la pieza a incurvarse. La extremidad de la pieza se puso bajo el soporte metálico de un barco vecino. El molde es el antiguo durmiente. Una vez la pieza bien fijada, todos se unieron para incurvarla, utilizando sargentos al final.
La barrena se dió al mismo tiempo que la curva.
El primer durmiente fué un éxito.
El segundo fue insuficientemente incurvado y hubo que ponerlo de nuevo en la estufa.

Zapata de madera

A los teredos (gusanos marinos) les gusta alojarse debajo de la quilla que se van comiendo poco a poco. Cuando varamos el barco (sea esto voluntariamente o no), esta parte del casco puede sufrir.
Por eso, se coloca una pieza de madera amovible, la zapata de la quilla.

Incluso la quilla había sido dañada por los gusanos.
La hemos cortado un poco más alto, y tallado la zapata un poco más gruesa.
Como esta debe ajustarse perfectamente, la tarea no fué nada fácil.
Después de los intentos de varios del grupo, Cesar se puso manos a la obra y aplanó la quilla para que encaje perfectamete con la zapata.
Dos ranuras longitudinales que sirven para crear una costura con la masilla fueron talladas idénticamente a las que hay sobre el resto de la quilla, arriba del lastre de fundición. Una buena capa de “blious” fué aplicada sobre la zapata nueva que fué unida enseguida al resto del casco.
Dos clavijas fueron hundidas de forma oblicua manteniendo fuertemente esta pieza.
Una larga pieza de hierro plana ha sido clavada por encima del todo para protegerla.

Galvanizar

Esta pieza de protección estaba fijada por grande clavos de hierro forjado.
Un barco vecino nos regaló varios de estos ya que los nuestros no estaban en condiciones de ser reutilizados. Los desoxidamos, trabajmos un poco la forma y pronto los galvanizaremos.
El taller de galvanización se prepara.

No encontramos los productos habituales, pero vamos a ensayar un tratamiento de sustitución.
He aquí la formula. Necesitamos la opinión de especialistas.
1. Para desoxidar la pieza, un baño de ácido fosfórico y butil oxitol (butil cellosolve)”
2. Para evitar la reoxidación: salpicamos zinc derretido con bifluoruro de amonio.

Alrededor del Karrek Ven

Dos bonitas lanchas pesqueras han venido a colocarse cerca del Karrek Ven, antiguos veleros transformados en barcos a motor. Están perfectamente mantenidas por su tripulación, regida por el antiguo método de las partes de pesca, más dos carpinteros navales padre e hijo venidos en refuerzo, trabajadores áltamente calificados y muy serios que por dos semanas calafatearon sin descanso durante unas quince horas diarias.
No hay paro para los buenos carpinteros navales.
Otro velero de pesca bretón está en obras en este astillero, la Paix Royale.
Volveremos a hablar de él.
Los problemas en Venezuela siguen siendo los mismos. Una campaña de firmas para llamar a un referendo para revocar al gobierno sigue siendo muy controvertido (posibles fraudes). A pesar de la fuga de capitales y la larga huelga del año pasado, el crecimiento es importante (9%) y la vida por la calle sigue normal, animada y simpática.
Pero la inflación sigue siendo grande, el paro considerable y la delincuencia floreciente.
Pero no más que en otros países.

La situación

Los progresos en la reconstrucción siguen su curso, con altibajos según las dificultades para encontrar materiales y el entusiasmo del equipo.
Es muy placentero ver ahora el conjunto de las cuadernas más o menos acabado, pero falta todavía la roda (en la proa) y la lanza ( en la popa).
La utilización del vapor para los palmejales nos permite ser optimistas para colocar los tablones del forro más incurvados. Las pesadas maderas tropicales tienen fama de ser muy difíciles de curvar, y estábamos un poco preocupados. El puy se dobló bastante bien, pero para el forro utilizaremos otras maderas: algarrobo y morao (zapatero).

Desde estas navidades, las donaciones se han agotado.
Una pequeña corriente, debida sobre todo a los amigos más cercanos que han colaborado varias veces seguidas nos ha permitido pagar los materiales, el astillero y los obreros.
Pero la curva verde cae a menudo por debajo de la curva roja, y hace poco cayó muy seriamente.
Ninguna donación llegó la semana pasada para compensar, aunque sea un poco, la compra de la madera. Que los que siguen con interés esta restauración tengan la bondad de ayudarnos, buscando donadores y mecenas.
La estructura está casi acabada, Karrek Ven está muy bonito, muy fuerte y no podemos deternos aquí.
Por esta vez, fué la donación de una asociación que ha parado sus actividades que nos permitió seguir a flote (¡al menos en las cuentas!).
Esto es una pista interesante: conoce usted alguna asociación inactiva?
Estas deben muchas veces donar su saldo positivo a otra asociación.  


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