Periódico ilustrado
de la restauración

25 de junio 2004 - n°44 -

 

 

La popa se fortifica

De los dos equipos , el rojo atrás y el amarillo adelante, fue el rojo quien ganó la competencia. Su pieza ya está colocada mientras que el tronco amarillo ni siquiera está cortado.

De la rama al cucharro

Una operación delicada: presentar el cucharro de popa.
Lo subimos con una señorita atada a otra señorita sujetada a la boma que reposa sobre un madero puesto sobre la cubierta.
Detrás del Karrek Ven se ve una “panga”, una extraña embarcación dotada de un solo motor, que lleva una inmensa red que echa en el mar.
Nos va a servir para colocar el cucharro de popa y presentarlo.

Volvamos un poco atrás. La rama del árbol (un roble local derribado por unas fuertes lluvias), fué tallado por la sierra circular o con la motosierra para las curvas cóncavas, y con la hachuela.
Fue necesario poco más de una semana de trabajo con dos carpinteros y dos ayudantes.

La pieza baja por la panga y entra en su lugar en donde un rayo de Júpiter la une con el resto de la popa. El resto del cucharro estaba en buen estado y no tuvimos que cambiarlo.
Un ajuste perfecto no fue fácil de obtener: nos tomó un día entero.

La pieza ya está colocada.
Nos falta subir el alefriz hasta el trancanil, tallar la parte alta siguiendo las líneas de la cubierta para poder empernar todo y fijar las tres últimas varengas, y a estas varengas, las cuadernas correspondientes.

A todo vapor

Sin prestar atención a los grafitis, Junior está concentrado en una tarea delicada, calafatear con cuidado la estufa cuyas tablas empiezan a secarse, dejando pasar el vapor.

Esta vez, la pieza es de gran tamaño, 14 cm de ancho. Es un contradurmiente que une la cubierta y el casco, y por lo tanto, está empernado a estos dos. La dejamos cocer todo el día. Por la tarde, tomó sin problemas la curva que queríamos.
Esta madera de puy nos sorprendió por su relativa flexibilidad después del baño de vapor. No esperábamos tanto de una madera tan dura y pesada que tiende a abrirse en sus extremidades.

Vida en el astillero.

Las lanchas pesqueras siguen saliendo del agua y entrando de nuevo. Dos o tres por semana. En este momento, desgraciadamente, hay sobre todo barcos de hierro. Desgraciadamente, ya que el trabajo que requieren es sucio y ruidoso (sanblasteo, soldadura) Allí es cuando soñamos de los antiguos veleros, que desaparecieron con el boom petrolero en los años 80.
La campaña del referendum revocatorio del presidente Chavez fijada para el 15 de agosto empieza a sentirse. Las discusiones entre pro y anti Chavez en el astillro son más frecuentes y altisonantes. Afortunadamente no duran mucho. Las lluvias nos están dejando en paz. Las ondas tropicales pasan más al Norte. Sin embargo, hay mucha humedad que a veces se condensa en la noche y cae sobre los que están dormidos, obligándolos a esconderse.

La situación

El ritmo de talla está tomado. Traemos la nueva rama para cortarla: una buena curva de la misma madera que la futura roda que vamos a tallar para obtener el contradurmiente de la parte trasera a estribor que aún falta. Ya no quedaran más que los contradurmientes de adelante...y esta roda.
El maderero que nos la va a vender ha roto su motosierra y su reparación está tardando.
No logramos galvanizar. Ya tenemos todos los productos, pero sigue sin funcionar.
Es una decepción, tenemos tantas piezas por galvanizar! Intentamos obtener indicaciones sobre nuestros errores antes de proseguir. Pero esto bloquea la fijación de las últimas cuadernas, y por lo tanto del emparejamiento y de la puesta del forro.

El dolar y el Euro han bajado con respecto al Bolivar y los gastos son más importantes. Ahora que un tercio de la restauración han sido realizados, las pequeñas y grandes corrientes de donaciones que le permitirían acabar las obras se han secado desde hace varias semanas. Esto, combinado con la subida del Bolivar y la inflación que no disminuye, nos pone delante un problema serio.
El costo del restauración sigue siendo bajo con respecto a las tarifas europeas:
- menos de 1850 €uros por una semana en el astillero, con los materiales, 4 carpinteros y seis ayudantes.
-más de los 2/3 de la restauración realizada con minucía, con excelentes maderas y por menos de 70 000 €uros.
Estas son razones de más para hacer todo lo posible para llevarla a buen término.
Sin embargo, sin vuestra ayuda como donadores o buscadores de donadores, Karrek Ven seguirá varado en este astillero...
Desde aquí no podemos buscar un financiamiento para acabar, ya que estamos apartados geográficamente de ustedes, y muy ocupados por las tareas materiales cotidianas que no se pueden dejar un sólo momento. Y la llegada de sus vacaciones no nos tranquilizan!
Seguimos pensando que la restauración llegará a buen puerto: al fin y al cabo, la empezamos con a penas 10 000 euros.
Pero el tiempo parece haber desgastado el entusiasmo. Aquí, en el astillero, les podemos asegurar que esto no es el caso!


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