Periódico ilustrado
de la restauración

18 de deciembre 2003 - n°17 -

 

 


La nueva madera ha llegado

Sí, ya hemos celebrado otros arribos de madera, pero ¡siempre es un momento importante de la restauración!
La selva Guayanesa viene aquí a convertirse en barco. Esta materia por modelar pesa mucho (y cuesta caro), pero ¡que belleza en estas maderas, y que promesa de solidez!
¡Una cuarta carga llegó! 6 m3 de tablones de “puy” para tallar las cuadernas de delante y de atrás. En total, son 15 m3 para las cuadernas, y puede que haga falta un poco más.

Estos tablones de 4 a 5 metros de largo por 35cm de ancho y diez de espesor pesan entre 150 y 200 kilos cada uno. Hay que descargar unos treinta, a fuerza de brazos... Sobre el camión, les deslizamos un tubo de metal por debajo para hacerlos rodar hasta que una de sus extremidades esté sobre la pila de madera ya descargada. Luego, seis pares de brazos lo prenden. Bruscamente, lo levantamos y lo bajamos hasta la altura de la cintura. Es el momento más difícil.

Por fin, empujamos esta tabla hasta su sitio en la pila. Pintamos entonces las extremidades para evitar que se rajen al secar.

Tomando medidas

Después de esta estancia de cuatro meses en tierra y del transporte al que sometimos el Karrek Ven, este estaba talvez perdiendo sus formas. Antes de proseguir con la reconstrucción, era necesario verificar eso.

La primera serie de medidas rápidas en diagonal de cada lado desde la cubierta hasta el suelo, nos empezó a preocupar: las distancias eran diferentes a babor y a estribor. Efectuamos entonces medidas más rigurosas, tirando por debajo de la quilla un hilo de nylon cuya horizontalidad estaba señalada por un nivel de aire. Escogimos entonces tres posiciones: en medio del casco, 5m más adelante y 5m más atrás.

Medimos, a cada lado, la altura entre el trancanil y el nylon, y luego la distancia entre la quilla y la plomada de la medida anterior (es decir, la anchura del barco en ese lugar). Deberíamos haber visto una simetría. Pero esta no aparece más que en los primeros 400 centímetros de cada borde. Un exámen de las cifras indica un ligero hundimiento a babor, desde la parte trasera hasta la mitad del barco (408cm a babor por 418 a estribor hacia atrás, y 396 por 403 por el medio). La popa se inclina hacia la izquierda, aunque la cubierta, curiosamente, sigue horizontal en la parte trasera del barco. Las cifras de las medidas por el suelo son extrañas: indican un abultamiento del barco por la izquierda hacia la parte trasera, que puede corresponder a un hundimiento en ese lugar; sin embargo, esta asimetría en las medidas se invierte hacia la mitad del barco, aunque esté hundido hacia la izquierda en ese lugar!

Además, por la parte delantera en donde la cubierta ha permanecido vertical, la misma disimetría aparece: Karrek Ven es más ancho por la derecha que por la izquierda!
La proa se inclina hacia estribor, pero parece ser que esta deformación se debe a que la madera se resecó por falta de protección. Se ha abierto en varios lugares.

¿Que concluir?

No lo sabemos todavía muy bien. Tenemos que hacer más medidas y reflexionar en función de estas. Hay que intentar entender el conjunto de las deformaciones, no muy importantes, pero que sería bueno reparar.
Si un lector tiene ideas, que nos lo comunique. Parece evidente qure estas deformaciones existían ya antes de la restauración: nada en la cubierta ni en la parte que no hemos tocado indica un hundimiento tal. Este debe ser fruto de la edad (óxido, maderas podridas, falta de firmeza) y puede incluso ser “congénito” (un langostero bretón muy conocido era asimétrico de nacimiento; se decía que había sido construído de noche por carpinteros borrachos)
Dos errores fueron cometidos que es bueno señalar para evitárselos a los demás:
1) tendríamos que haber hecho estas medidas justo al salir del agua para establecer un primer diagnóstico y no hacer la reconstrucción copiando exactamente la piezas antiguas como lo hemos hecho con las cuadernas (17 de las 42 que tiene el barco). Vamos intentar proseguir tallando las cuadernas simétricamente a babor y estribor.
2) No pintamos la roda porque sabíamos que la íbamos a cambiar. Pero las rajas la torcieron. En un clima seco como este, hay que pintar todo lo que está al aire, que se piense conservar o no. Y si la pintura no basta, hay que aplicar masilla. Generalmente, eso detiene las rajas, y ayuda a que se cierren en parte.

Poniendo los calces

En espera de quizás enderezar el barco con un gato, lo instalamos sólidamente sobre sus calces, como un barco en construcción. Las vigas que sirvieron junto con las cruces a mantener la estructura durante el transporte son utilizadas ahora en la parte exterior.

La estufa

Aquí no se utilizan estufas. Aprovechamos la construcción que estamos supervisando de un bonito barco clásico venezolano en “nuestro” taller para fabricar una estufa y plegar así las cuadernas. Hay reticencias por parte de la gente de aquí, pero también curiosidad.
Una caja de madera para plegar, cerrada con por una puerta que deja pasar el exceso de vapor. El vapor viene de un tonel de 200 litros calentado por las maderas viejas del Karrek.

Las cuadernas, de tres centímetros de ancho, son mantenidas tres horas al vapor. Los primeros intentos, después de algunos tanteos, son prometedores. Estamos experimentando con diversas maderas tropicales duras. Si el Karrek lo necesita para forrar el casco, necesitaremos un estufa aún más grande!

La situación

El barco ya está en un sitio estable en el astillero, tenemos mucha madera almacenada y un trabajo serio ha vuelto a empezar.
Esperamos la llegada, quizás inminente, de una pieza enorme para la roda. Mientras, hemos empezado con las cuadernas de la parte trasera.
Después de mucha reflexión y intercambios, hemos renunciado a utilizar acero inoxidable para los pernos grandes de la quilla y del lastre: el principal ataque en ese lugar no es el óxido sino la electrólisis y al acero inoxidable le afecta igual que al hierro galvanizado. Su precio siendo muy elevado, economizaremos varios miles de euros cambiando de material. Los pernos antiguos, galvanizados, no han sido atacados más que en un tercio de su espesor en la unión entre las piezas, después de sesenta años de servicio. Pero hay que asegurarse de que la galvanización sea buena, al caliente.


¡Ay! La curva roja amenaza seriamente a la verde! Hay menos de 1000 €uros de diferencia entre las dos curvas!
Habíamos anunciado gastos importantes esta semana, y ninguna donación efectiva ha llegado para aliviar la caja.
Las perspectivas no son desesperadas: han habido tres promesas de dones por parte de antiguos del Karrek Ven. Estas donaciones van a llegar. Sin embargo, no basarán para que la curva verde despegue de nuevo. Estamos apretados en este momento. Llamamos pues, a donaciones rápidas o promesas para pronto, para empezar el 2004 cuatro con entusiasmo y llevar hasta el final esta restauración.
La mitad de los barcos de este grán astillero están abandonados, con las obras inacabadas por falta de financiamiento. Nadie cree que al Karrek Ven le va a pasar lo mismo. Pero necesita que le den una mano.

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