Periódico ilustrado
de la restauración

11 de junio 2004 - n°42 -

 

 

La llegada de la contrarroda

La estación de lluvias, la de los huracanes, ya ha empezado.
Las mañanas son hermosas, pero el cielo se cubre por la tarde y a veces las fuertes lluvias perturban el trabajo.
Sin embargo este sigue, aunque los obreros estén mojados. El trópico nunca es frío como Europa del Norte.

La nueva contrarroda ya está colocada

La bella pieza de madera que une la quilla con la roda ha sido dispuesta sobre su colchón de masilla.
250 kilos de puí que pueden absorber fuertes choques...
Solo queda fijar las varengas (hay que trazar sus plantillas y labrarlas) y las siete cuadernas (ya listas).

Una foto tomada durante la demolición de la contrarroda original muestra las 4 clavijas que fijan la roda, y la primera de estas que también entra en la quilla.
Estas clavijas tienen 70 a 90 cm de largo y tienen mas de 25mm de diámetro.

Los durmientes

Recordemos que la rigidez del barco está asegurada a lo largo por:
- la quilla
-por encima de esta, la carlinga, una suerte de quilla interna que, con la quilla, hace un sandwich de las varengas.
-fijadas sobre las cuadernas, los palmejares:

• 1- tres palmejares más o menos paralelos, en el interior de la casco (se ven sobre la foto de la contrarroda)
• 2- justo debajo de la cubierta, cuatro durmientes de cubierta.

Sobre esta foto, bajo los baos de cubierta (las vigas de la cubierta, pintadas de blanco) se ve una tabla vertical, el durmiente propiamente dicho. Sobre este se apoyan los baos de cubierta. Debajo de este, hay otro durmiente y más abajo uno más.
La pieza de madera de sección cuadrada es el contradurmiente. Su papel es fundamental ya que une la cubierta con el casco. Los baos de la cubierta están empernados verticalmente sobre el contradurmiente que tiene 14 cm de sección, y este está empernado al casco a través del durmiente (7cm de sección), de las cuadernas (10 cm) y del trancanil (parte superior del casco, de 7cm).

Los durmientes son tallados en serie en la carpintería y luego incurvados con vapor para los extremos del barco. Luego son lijados y pintados. Pequeña diferencia con la construcción original: los diversos elementos eran ajustados extremo a extremo. Ahora se juntan mediante un empate, es decir que son tallados a la mitad en la punta y pegados con epoxi. La rigidez del conjunto parece ser superior.

Juan y Luis Miguel son los encargados de colocar estas piezas.
Las del medio son incurvadas verticalmente con un gato: tallarlas con la forma nos hubiera obligado a cortar las fibras de la madera, disminyendo así su solidez.

Vida en el astillero

Al lado del Karrek Ven se estaba muriendo un gran barco de madera de unos treinta metros de largo, un antiguo barco pesquero. Su casco nos parecía admirable. A pesar de su estado de abandono, y a pesar de la lluvia, del viento y del sol, la madera no se abría ni se desclavaba. Por fin alguien se fijó en sus cualidades: envió a un equipo de carpinteros para arreglarla. Es interesante ver el trabajo de los demás.
A pesar de la cantidad de barcos aún navegando y en construcción, hay que temer que se pierda el oficio de carpintero naval. Los viejos, los que sabían, acaban muriéndose. Solo transmiten sus conocimientos mediante la práctica, sin grandes explicaciones ni teoria, a jóvenes muy poco interesados en aprender ya que para ellos los barcos de madera son obsoletos. La maquinaria esconde la falta de oficio y la masilla epoxi, que rellena las fisuras y los malos ajustes que ya no se ven bajo la pintura y hace creer que el trabajo está bien hecho.
Una pena! “Un barco de metal no tiene vida” decía Aldo, el último verdadero maestro de la región. Pero los barcos de metal no corren mejor suerte que los de madera! Su situación es incluso peor, ya que soldando se esconden aún mejor los defectos que con la masilla epoxi. Las tripulaciones de los barcos de pesca de madera son jóvenes, alegres, activas y forman buenos equipos. Cuidan mucho sus barcos y lo mantienen ellas mismas. Muchas veces, todos los de una tripulacón vienen del mismo pueblo. Las de los barcos de metal, a la inversa, no se encargan de las tareas de mantenimiento. Cuando el barco está en tierra, su tripulación desaparece.

La situación

Instalar de nuevo las cuadernas tomó más tiempo que lo previsto. Juntar las varengas, las cuadernas y la contrarroda es bastante delicado.
Pero el conjunto final tendrá muy buen aspecto, con materiales sólidos y maderos bien ajustados.
Seguimos estancados con nuestras experiencias de galvanización de las clavijas de hierro, ya que nos faltan los productos habituales de limpieza y las sustancias que impiden la reoxidación antes del baño en zinc. También sigue faltándonos información sobre productos de sustitución.
Hemos intentado varios experimentos, con mayor o menor fortuna. Sin embargo, seguimos buscando estos productos en Caracas y Martinica.
Continuará...
Esperamos tener la pieza de la roda y las de la lanza muy pronto.
Una vez que esto esté colocado, podremos empezar a forrar.

Una operación externa ha permitido la entrada de 1223 €uros. El deficit se reduce un poco ya que los gastos solo son de 939 €uros.  


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