Periódico ilustrado
de la restauración

9 de abril 2004 - n°33 -

 

 

Semana Santa

Es una fiesta grande. Todo está cerrado.
Sin embargo, hemos podido seguir trabajando.

¿Una loteria par el Karrek Ven?

Para variar de las preocupaciones habituales, el equipo juega a la loteria.
A la izquierda, Carlos y Francisco. A la derecha, David y José.
Los dos grupos van a ganar puesto que en realidad están preparándose para lo mismo: ¡forrar el Karrek Ven!
Será un momento muy especial en el que recubriremos las cuadernas. Lo que queda del forro antiguo será retirado para poner las cuadernas cercanas a la roda.
Pero antes, tomamos algunas medidas que muestran como las tablas se van reduciendo cerca de la proa. El barco es menos panzudo allí, la superficie por cubrir es menor y las tablas menos anchas.
Las tablas del forro han sido retiradas y el primer elemento de la primera cuaderna delantera del Karrek ya está en su sitio. Es la operación preliminar antes del cambio de roda (cuya madera seguimos esperando).

David y José prosiguen con el delicado y dificultoso trabajo de emparejamiento de las cuadernas de babor.
¡Es mejor llevar el velo! Y también anteojos.

Junior efectúa el mismo trabajo a estribor. El hijo y ayudante de Cesar ha sido ascendido a este puesto de alta responsabilidad (si demasiada madera es retirada, tendremos un agujero!) y ha ganado un nuevo ayudante, Alfredo, a quien explica con gusto como se hace.
El casco pierde poco a poco sus irregularidades.
Es indispensable que consigamos algo cercano a la perfección para que las tablas del forro se apliquen como debe ser.

El barco recupera su quilla interna

Todos los hombres válidos del lugar fueron movilizados para cargar la nueva carlinga hasta el barco.
Una vez allí, todavía queda colocarla. Dos días serán necesarios para conseguirlo. Es una pieza muy pesada y difícil de manipular. Los obstáculos son muchos, el mástil ha tenido que ser levantado un poco más y la base tenía que estar perféctamente preparada: la varengas alineadas (la carlinga debe apoyarse sobre todas ellas y no solo agunas). Las superficies en contacto debían estar listas también. Asfalto liquido fué untado sobre las varengas y la parte baja de las cuadernas. Las superficies en contacto (parte superior de las varengas/parte inferior de la carlinga) han recibido un revestimento de asfalto espezo.

Ya podemos colocar la carlinga.
No queda más que fijarla con clavijas.

El mástil es descendido con precaución. Juán soldó un soporte metálico para prevenir un deslizamiento hacia los lados y sobre el cuál se apoya un gato. Este desciende mientras la cubierta retoma el seno del aparejo. Otra barra de acero inoxidable se ha roto (hemos constatado que el acero inoxidable viejo se puede romper fácilmente en las parte de unión (pernos) o si ha sufrido torciones. Las microfisuras lo van destruyendo el metal en profundidad mientras que aparentemente está en buen estado). Esta barra del guindaste mantenía el estay delantero del mástil. Al sacudirse el estay, la barra se rompió. Afortunadamente, el sistema de Juán no permitió que el mástil se vaya muy lejos, y un sistema de seguridad sobre la cubierta también funcionó.

La situación

Nadie adivinó lo que representaba la foto “cyber Karrek” del periódico 32.
No recibimos ninguna respuesta...
La foto no está trucada. Solo está de lado y doblada en espejo. Observela ahora aquí...

Dos loros vienen cada mañana a controlar desde la cofa del Karrek Ven los adelantos de las obras. El barco se reconstruye, es evidente.
Sin embargo sigue faltándonos gente.
El equipo está consituído por nueve personas, pero solo dos son carpinteros navales confirmados. El ritmo es lento a causa de esto y también porque el Karrek Ven es muy grande y masivo comparado con lo que aquí se construye. Además, somos más exigentes.
El mar venezolano no es el de las costas bretonas. Es más apacible. Un barco con sus elementos unidos más o menos bien puede vivir un buen tiempo.
Pero Karrek Ven pide que todas sus piezas estén perfectamente colocadas y fijadas. Y además, es medio día, nos queda tiempo de sobra...
Por fin, las fiestas (religiosas, nacionales, locales y hasta corporativas) vienen regularmente a interrumpir las obras. Las esperamos sin trabajar mucho los días anteriores, y luego descansamos.
Los domingos tienen el mismo efecto: el trabajo efectivo acaba el viernes por la tarde. Esta semana solo hubieron tres días de trabajo y desde hace quince días el ritmo se ha ralentizado. Por eso seguimos pidiendo uno o dos carpinteros navales extranjeros más acostumbrados a un ritmo más “profesional”. (ver las condiciones)

Estado de las cuentas (el día de su conexión)

Buenas noticias en esta semana del 9 de abril: ¡la curva verde a tomado la delantera! Varias donaciones lo han permitido esta semana, entre los cuales la de los tíos de America del Karrek Ven, que el barco agradece muchísimo. Hay que seguir. La compra de la madera fué suspendida a causa de la Semana Santa, pero la efectuaremos cuando sea posible  


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