Periódico ilustrado
de la restauración

6 de noviembre 2003 - n°11 -

 

 

 

El Karrek Ven empieza a impresionar a los transeúntes. La solidez de la parte nueva atrae tanto sus miradas que se olvidan de los restos viejos. Hace un mes, nuestros visitantes suspiraban: “¡Cuanto trabajo!”
Ahora se quedan admirados.

Historia de un error

El equipo de Cesar, el carpintero a quién debemos todas las bellísimas cuadernas, ajusta el último elemento de una cuaderna, el que parte de la quilla...¡Vaya pues! Está mal. La curva resalta un poco sobre el resto. El elemento es demasiado corto.

¡Es imposible! Cesar ha trazado y tallado 140 elementos iguales para el Karrek Ven desde el principio de las obras. Siempre hace falta un ajuste con el cepillo eléctrico antes de poder forrar (colocar las tablas del casco), pero eso es normal. Lo que no es normal es un error tan grande. Retiramos ese elemento para volverlo a hacer... Nuevas medidas, trazados, cortes y una tabla de 10 cm de grosor perdida. Pero bueno, ya puestos a hacerlo de nuevo, hay que hacerlo bien.

Estos elementos no son tan sencillos como lo parecen. Son más anchos por la base y se van afinando hacia la parte de arriba. ( El trazo rojo es una medida en la parte mediana. Reportado a un extremo de la cuaderna, se ve que éste es más ancho en su base.) Además, el sesgo que toma el barco en la parte delantera es más importante y varía a lo largo de la cuaderna (tabla con los ángulos medidos más o menos cada 20 cm sobre la vieja cuaderna y reportados después sobre la nueva; el ángulo más pequeño es el del pie de la cuaderna)

Donde se habla por fin de los baraganetes

Los baraganetes de la cubierta, que mantienen la regala, fueron cambiados hace unos quince años. Están generalmente en buen estado. Uno de ellas, sin embargo, en la zona del elemento que hemos vuelto a hacer, ha sido dañado por un perno oxidado. Aprovechamos para cambiarlo, aunque eso conlleve un día de retraso en la puesta del durmiente.

Luis rompe el viejo baraganete sin dañar la regala a la que está clavado.

Donde volvemos a ver el durmiente

La altura de las cuadernas ha sido nivelada para poder ajustar perfectamente el durmiente, pieza de madera longitudinal que une todas las “costillas” entre ellas. Para que sea lo más sólido posible, el conjunto durmiente-cuadernas debe quedar perfecto.



El durmiente, ya presentado la semana anterior cuando señalabamos en donde había que hacer los sacados, es suspendido con cuerdas en frente de su sitio. Una maniobra delicadísima.



Los protagonistas, Manuel, Aldo, Junior y Juan están tensos. No hay que romper esta tabla de madera durísima, de 7 cm de grosor y 6 metros de largo. Calces, cuñas, prensas y hasta un gato hidráulico han sido utilizados. Todo tiene que ir lentamente. Las prensas tienen que ser apretadas de vez en cuando y las cuñas hincadas poco a poco. La tabla es recta, el barco es curvo. Al principio, los sacados no están en frente de los baos de cubierta. Vamos apretando, el durmiente se va curvando, las entallauras se van posicionando bien...Llega el momento de subirlo. Gato y mazo, ¡ya está! Bien colocada. Pero antes de apretar los pernos, hay que asegurarse que la cubierta, que no está unida al casco desde que quitamos los durmientes viejos, no se ha hundido. Estaba hundida. Tuvimos que remontarla con la ayuda del gato.

La situación

Karrek Ven tiene ahora 15 pares de cuadernas colocados, unidos por el durmiente arriba y por la quilla y las varengas abajo.

Antes de movernos, todavía tenemos que reforzar la parte más ventruda del barco. Es el trabajo de los próximos días.

Esta semana han habido muchos gastos (clavos y clavijas), y habrán más la semana que viene (el tercer camión de madera). La gráfica muestra el equilibrio financiero, sorprendente pero incontestable, de esta restauración.

Esta gráfica empezó el 21 marzo, cuando el Karrek Ven partió de las Antillas para Venezuela. Los gastos aumentaron entonces, pero una donación generosa alimentó la caja de a bordo, lo que permitió empezar las obras en Santa Fé (a principios de Julio). El número de donaciones empezó a aumentar en ese momento, aunque eran menos que ahora.

El 28 de agosto,con el proyecto Santa Fé ya abandonado, el Karrek Ven fué sacado del agua en el astillero de Cumaná. Los gastos aumentaron entonces, pero las donaciones también. Esa era la apuesta: sabíamos que no teníamos suficiente dinero para estas obras, pero pensamos que el empezarlas incitaría a los que nos habían prometido una ayuda, a realizarla.

El margen nunca es superior a 5 o 7000 €uros, pero los gastos, aunque van en aumento, aún no han alcanzado a las donaciones. Nuevas personas nos han brindado un apoyo financiero, y sobre todo, antiguos jóvenes marineros o sus padres.

Si este apoyo persiste, el Karrek Ven podrá reencontrarse con el mar a principios del año próximo. Seguiremos publicando este balance semana trás semana. Para hacer una donación, haga click aquí.


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